Vota "Cervantes" como nombre para la estrella µ Arae

Y quien sabe si en un futuro muy lejano... elijan un astronauta español para ser el primero en visitarla.

Voy a hacerme eco aquí de una iniciativa española muy interesante que ha surgido después que la Unión Astronómica Internacional lanzara el proyecto NameExoWorlds para que mediante votación los internautas diéramos nombre propio a 20 sistemas planetarios.

Tomo prestada la palabra a Naukas: "La comunidad astrofísica española, coordinada por la Sociedad Española de Astronomía (SEA) y apoyada por el prestigioso Instituto Cervantes está promoviendo la iniciativa del Planetario de Pamplona, que sugirió a la IAU que la estrella mu Arae y su cohorte de planetas recibieran los nombres de Cervantes (para la estrella) y los nombres de los personales principales de “El Quijote”. Así, la iniciativa de #YoEstrellaCervantes propone que los planetas alrededor de la estrella Cervantes (mu Arae) pasen a llamarse Quijote (mu Arae b), Dulcinea (mu Arae c), Rocinante (mu Arae d) y Sancho (mu Arae e)".

La votación se puede hacer a través de esta web www.estrellacervantes.es o en esta http://nameexoworlds.iau.org/exoworldsvote hasta el día 31 de octubre de 2015.

Yo ya he votado, como puedes ver en la imagen inferior.
Captura de http://nameexoworlds.iau.org/exoworldsvote
Pero lo mejor es que como no hay que registrarse, puedes votar desde cualquiera de tus dispositivos con conexión a internet. Ayuda a la causa.

Y hoy 29, que sería el cumpleaños de Cervantes, publica además un tweet con el hashtag #YoEstrellaCervantes.


Más información

L+200 - Parte 5: Comprobaciones hechas, el Soyuz se separa de la ISS

[continúa]

Como ya habrás adivinado, había una última comprobación de fugas a ser realizada antes de desacoplamiento: la comprobación de fugas de la escotilla entre el módulo de descenso y el módulo orbital. Finalmente, nos separaríamos del módulo orbital y ¡la escotilla del módulo de descenso sería la única protegiéndonos del vacío!

Ahora, por supuesto, la presión a través de la escotilla era más o menos igual: después de todo, acabábamos de cerrarla uno pocos minutos antes. Para realizar una comprobación de fugas, teníamos que crear un diferencial de presión y para hacer eso íbamos a expulsar un poco de aire del módulo orbital al espacio a través de la válvula de alivio. Anton seleccionó el comando de cierre en su pantalla, por lo que sería capaz de volver a cerrar la válvula con una simple pulsación en el botón. Una vez hecho esto, abrí la válvula de alivio. En nuestra pantalla de soporte de vida vimos la presión en el módulo orbital caer, hasta que Anton envió el comando para cerrar la válvula. Habíamos creado un diferencial de presión de aproximadamente 150 mm Hg y ahora queríamos comprobar cualquier compensación de presión a través de la escotilla: la máxima caída de presión aceptable en el módulo de descenso fue de 25 mm Hg en 25 minutos. Al final del tiempo de monitorización estábamos bien dentro de ese requisito: ¡prueba de fugas pasada!

Finalmente, llegó el momento de esperar. Con paciencia. Durante casi una hora: un tiempo de relleno insertado en nuestra línea de tiempo en caso de problemas. Imaginemos, por ejemplo, un problema con el chequeo de fugas del traje: habríamos soltado y vuelto a conectar los guantes, abierto y vuelto a cerrar el casco, asegurándonos realmente que no haya residuos atrapados en la superficie de sellado, y luego habríamos realizado la comprobación de fugas de nuevo. O digamos que la escotilla del módulo de descenso hubiera fallado la comprobación de fugas: habríamos igualado la presión, abierto la escotilla, verificado que las superficies de sellado estaban intactas y limpias, y luego vueltas a cerrar para otra comprobación de fugas. Todo cosas que requieren tiempo. Pero ya que todo había ido bien en nuestras operaciones previas a la partida, allí estábamos, totalmente atados en nuestros asientos, esperando.

Es agradable no ser agobiado, pero por supuesto la posición de sentado en la Soyuz no es la más cómoda, incluso para una persona pequeña como yo - Puedo imaginar lo doloroso que puede ser para los tripulantes más grandes sentarse durante mucho tiempo ¡con las rodillas flexionadas hacia el pecho!

Hablamos, bromeamos, echamos algunos vistazos por las ventanas, revisamos los procedimientos para la próxima reentrada, pensamos en nuestros amigos en la Estación Espacial, todavía tan cerca, pero ya perteneciendo a otro mundo.

Luego, a las 13:17:30, hora de Moscú envié el comando para activar el sistema de acoplamiento del Soyuz. Un minuto más tarde, a las 13:18:30 envié el siguiente comando: Soltar los ganchos. Los motores eléctricos del sistema de acoplamiento comenzaron a mover los ganchos que nos mantenían sujetos a la Estación Espacial a la posición abierta. En un par de minutos los ganchos estaban totalmente abiertos y los empujadores de muelle impartieron a nuestra Soyuz una velocidad de separación: en la vista del periscopio delante del asiento central de Anton pudimos observar el puerto de acoplamiento más y más lejos. Eso fue todo, nos íbamos. ¡Adiós Estación Espacial! ¡Adiós Scott, Misha, Gennady!

Foto: nuestra Soyuz separándose de la ISS
[continuará]
  • Puedes ver un resumen del regreso a Tierra de Samantha contado a través de sus tweets que escribí en este blog.
  • Este relato (publicado originalmente en inglés) es parte de una larga serie de artículos escritos por Samantha Cristoforetti, astronauta italiana de la ESA, desde su despegue a bordo de la Soyuz TMA-15M el 23 de noviembre de 2014.
    En este blog podrás encontrar su diario en español desde su primer día en el espacio.

  • Todas las fotos pertenecen al perfil de Samantha en Google+ salvo que se indique lo contrario. Puedes leer aquí la introducción que hice a este Diario de a bordo.
  • Los otros astronautas y cosmonautas con los que convivió, y a los que en las entregas nombra son:

    Terry: Terry Virts, compañero en su Soyuz, es el comandante de la Expedición 43.
    Anton: Anton Shkaplerov, comandante de su Soyuz
    Gennadi: Gennadi Padalka, comandante de la Soyuz TMA-16M
    Mikhail o Misha: Mikhail Korniyenko. Estará un año a bordo de la ISS
    Scott: Scott Kelly. Estará un año a bordo de la ISS

  • Entradas anteriores sobre su preparación al vuelo fueron traducidas al español por @intervidia.
  • El diario de a bordo se traduce también al italiano en el sitio AstronautiNEWS, al francés en el sitio Cap sur l'espace , al alemán en el sitio Logbuch ISS y al ruso en el sitio Samlogbook-ru

L+200 - Parte 4: Atados en el Soyuz y comprobando la estanqueidad de los Sokol

Esta es la cuarta entrada en una serie final de cuadernos de bitácora mirando hacia atrás a la salida, el aterrizaje y la readaptación.

Atarse en la Soyuz no es tan rápido como ponerse el cinturón de seguridad: el espacio es estrecho, la posición incómoda, algunas de las correas son de difícil acceso. Además, como había aprendido durante nuestra comprobación de fugas del Sokol, estando sin peso no significa que sea más fácil, ya que tu cuerpo no se mantiene en el asiento. Así que me alegré cuando todo estaba hecho: las mangueras de oxígeno y ventilación conectadas, los cables de comunicación y biomédicos conectados, hombros, piernas y correas de rodilla abrochados. Yo no los apreté, ya que aún estaríamos varias horas todavía antes del encendido de deorbitación y nuestra re-entrada en la atmósfera. A pesar del esfuerzo físico de abrocharse, todavía no sentía demasiado calor en el Sokol, así que no encendí la ventilación del traje, disfrutando de unos minutos más de tranquilidad.

A través de la radio llegó la querida voz familiar de nuestro instructor de Soyuz, Dima, que estaría en (la comunicación - N.d.T.) espacio-tierra en Moscú hoy, al igual que había sido nuestra "voz del centro de control" durante cientos de horas en el simulador en Star City. Él me preguntó por el estado de nuestras operaciones de colocación de los trajes y le informé que estaba atada y Anton estaba ayudando a Terry en el módulo orbital. Luego seleccioné la página en mi pantalla de comando y control que muestra los parámetros técnicos de nuestro vehículo. Todo parecía bien, excepto que nuestro nivel de CO2 estaba incrementándose, cerca de 4 mm Hg. Estaba a punto de comunicarlo, pero el Control de Misión de Moscú estaba obviamente viendolo ya través de telemetría: Dima me dio instrucciones por radio para activar nuestro eliminador de CO2 ahora, un poco antes de lo que habría estado previsto en la lista de control

Unos informes más de presión de Terry y Anton, que transmití a Moscú, y la comprobación de fugas se consideró completa y pasada: el desacoplamiento de la ISS era seguro. Por cierto, debo añadir que también habíamos realizado una comprobación de los propulsores de actitud unos pocos días antes del desacoplamiento. En primer lugar, los controladores de vuelo habían puesto la ISS en modo a la deriva, lo que significa que la estación permitiría ser llevada levemente fuera de actitud por parte de los encendidos de los propulsores de la Soyuz, sin tratar de compensar (la ISS - N.d.T.) activamente esas perturbaciones. Entonces Anton y yo estábamos en nuestros asientos en el Soyuz, habíamos configurado los sistemas Soyuz de forma que los controles manuales controlarían los encendidos de los propulsores y Anton había desviado los controladores en seis grados de libertad en secuencia, dándonos una oportunidad de asegurar que reaccionarían adecuadamente a todas las ordenes de control, tanto en el circuito primario y en el control de respaldo.

Volviendo al día de partida, ahora era el turno de Terry de atarse en el asiento. A los pocos minutos Anton también se unió a nosotros en el módulo de descenso, cerrando la escotilla que nos separa del módulo orbital.
Foto: ¡En esta captura de pantalla de nuestro vídeo del lanzamiento puedes ver lo estrecho que se está en el Soyuz!

Una vez estábamos todos atamos, nos pusimos los guantes y cerramos los cascos para iniciar la comprobación de fuga de nuestros trajes. Primero giramos la válvula reguladora azul del pecho a la posición de cerrado y el simple soplo (flujo de ventilación) de los ventiladores infló nuestros trajes un poco. Entonces Anton hizo una corta cuenta atrás de 5 segundos, al final de la cual inició el cronómetro, mientras yo simultaneamente abría la válvula que iniciaba el flujo de oxígeno a nuestros trajes. Cada uno de nosotros monitoreamos el aumento de presión del traje en nuestro manómetro de la muñeca y comunicamos cuando llegamos a 0,1 atm y 3,5 atm, para que Anton pudiera escribir los "tiempos de llenado". Tierra también estaba siguiendolo, ya que habíamos activado el botón de transmisión antes de iniciar la comprobación de fugas.

Después de llegar a 3,5 atm cada uno de nosotros dejamos que el traje se desinflara, controlando el caudal con la válvula de regulación con el fin de dar tiempo a nuestros oídos para compensar la caída de presión. Entonces abrimos nuestro casco y yo cerré la línea de suministro desde los tanques de oxígeno. No nos quitaríamos ya los guantes hasta después de aterrizar.

Buenas noticias: Todos nuestros trajes se habían "llenado" dentro del tiempo requerido, pasando la comprobación de fugas. Otro obstáculo potencial en nuestro horario de salida estaba pasado
  • Puedes ver un resumen del regreso a Tierra de Samantha contado a través de sus tweets que escribí en este blog.
  • Este relato (publicado originalmente en inglés) es parte de una larga serie de artículos escritos por Samantha Cristoforetti, astronauta italiana de la ESA, desde su despegue a bordo de la Soyuz TMA-15M el 23 de noviembre de 2014.
    En este blog podrás encontrar su diario en español desde su primer día en el espacio.

  • Todas las fotos pertenecen al perfil de Samantha en Google+ salvo que se indique lo contrario. Puedes leer aquí la introducción que hice a este Diario de a bordo.
  • Los otros astronautas y cosmonautas con los que convivió, y a los que en las entregas nombra son:

    Terry: Terry Virts, compañero en su Soyuz, es el comandante de la Expedición 43.
    Anton: Anton Shkaplerov, comandante de su Soyuz
    Gennadi: Gennadi Padalka, comandante de la Soyuz TMA-16M
    Mikhail o Misha: Mikhail Korniyenko. Estará un año a bordo de la ISS
    Scott: Scott Kelly. Estará un año a bordo de la ISS

  • Entradas anteriores sobre su preparación al vuelo fueron traducidas al español por @intervidia.
  • El diario de a bordo se traduce también al italiano en el sitio AstronautiNEWS, al francés en el sitio Cap sur l'espace , al alemán en el sitio Logbuch ISS y al ruso en el sitio Samlogbook-ru

L+200 - Parte 3: Poniendo el traje Sokol y los ultimos momentos de ingravidez

Esta es la tercera entrada en una serie final de cuadernos de bitácora mirando hacia atrás a la salida, el aterrizaje y la readaptación.
[Continúa]

Después de despresurizar el vestíbulo, observamos durante unos minutos las indicaciones de presión del módulo de descenso y el módulo orbital de nuestra Soyuz: ambos estables, así que no había, obvio, escape rápido. (¡No es que estuvieramos esperandolo!).
Por supuesto necesitábamos comprobar también una fuga lenta, antes de acometer el abandono de la estación y confiando en la escotilla de la Soyuz para mantener nuestro aire dentro. La comprobación completa de fugas llevaría 30 minutos, con mediciones de la presión del vestíbulo registradas cada 5 minutos, pero como no había caída de presión rápida fue seguro para nosotros volver a abrir la escotilla del módulo de descenso y flotar de nuevo al módulo orbital a ponernos nuestros trajes Sokol.

Yo fui en primer lugar, como habíamos planeado. Anton y Terry permanecieron en el módulo de descenso, mientras yo usaba el baño de la Soyuz. Quería vaciar mi vejiga lo más tarde posible: usaba un pañal, pero no estaba segura que sería capaz de utilizarlo en las varias horas de ingravidez que aún quedaban hasta el encendido de deorbitación. De alguna manera, los pañales y la ingravidez no se llevan bien conmigo, como había experimentado durante el ascenso.

Me puse el cinturón biomédico en contacto directo con la piel y luego mi ropa interior Sokol, periódicamente cantando las lecturas de la presión del vestíbulo del manovacumetro a Anton y Terry, para que ellos pudieran notificarlos a Tierra. En el transcurso de 30 minutos, el aumento de presión máxima permitida para llamar estanca a la escotilla era de 1 mm Hg.

Anton se unió a mí en el módulo orbital para ayudarme a poner el Sokol. Para hacer las cosas más rápido, básicamente me aferré para mantenerme lo más quieta posible y dejar a Anton hacerse cargo de atar y abrochar todo. Una de las cosas interesantes acerca de ser un astronauta: puedes dejar a cualquiera vestirte como un adulto y nadie se ríe de ti.
Foto: en el Sokol unos días antes de desacoplar, para una revisión de fugas preliminar.

Como Antón señaló, ¡no teníamos demasiado tiempo!. Debido a una prueba de las antenas Kurs (las antenas usadas para acoplamientos -N.d.T.-), que se ejecutarían en segundo plano durante nuestro desatraque, Control de Tierra iba a enviar el comando de activación del sistema de guiado y navegación sobre una hora antes de lo que normalmente haría en un horario típico de día de salida. Ya estábamos hablando en hora de Moscú en ese punto, ya que es la hora en la ejecutamos las operaciones Soyuz: la noche anterior habíamos diligentemente escrito los tiempos significativos en nuestras listas de control, basado en el radiograma enviado por Misión de Control de Moscú. No sólo el vacío nos separaba ahora de la estación espacial, sino, en cierto modo,¡también tres horas!

Después que estuve totalmente vestida con mi Sokol, que me mantendría con vida en caso de despresurización durante la reentrada, bebí un último sorbo de agua de una bolsa que se quedaría en el módulo orbital, tomé un último bocado y luego floté a mi asiento en el módulo de descenso. No se me escapó que esas eran mis últimos segundos de flotación libre: una vez atada en en mi asiento, no me desataría hasta después de aterrizar.
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    Terry: Terry Virts, compañero en su Soyuz, es el comandante de la Expedición 43.
    Anton: Anton Shkaplerov, comandante de su Soyuz
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L+200 - Parte 2: Último adios a la ISS y preparados para el desacoplamiento de la Soyuz

Esta es la segunda entrada en una serie final de cuadernos de bitácora mirando hacia atrás a la salida, el aterrizaje y la readaptación.

11 de junio 2015
A pesar de la apretada programación previa a la salida, encontré el tiempo para una última visita a la Estación Espacial: sólo un rápido "flotado" alrededor, tratando de sumergirlo y en fijarlo todo en mi memoria. Ah, y un último vuelo a través del laboratorio, empujando los pasamanos de la manera correcta en un extremo para volar directamente a la otra escotilla. Parece tan natural, esos torpes primeros días cuando volar era un desafío estan muchos meses en el pasado.

Tiré mis ultimos artículos de higiene en el Nodo 3 y también unas pocas últimas piezas de ropa que quedaban de la noche en mi camarote, después de lo cual yo sólo "poseía" la ropa que llevaba. Desconecté mis ordenadores portátiles personales: si alguien me escribiera un correo electrónico al espacio a partir de ahora, no voy a leerlo, ya que nunca más tendré acceso a esta dirección de correo electrónico. Eché una última mirada en el Columbus, para asegurarme que lo estaba dejando en buena forma. Una tontería, de alguna manera yo no tengo una responsabilidad formal mayor por el Columbus que por cualquier otro lugar en la estación, pero supongo que siempre me he sentido un poco responsable de este trozo de Europa en el espacio. Por último, enseñé a Scott donde podía encontrar mi sobrante de comida extra. Me quedé sin aceite de oliva hace unos días: supongo que es realmente el momento de marchar.

A las 6 AM me uní a Antón en la Soyuz para realizar algunas verificaciones y tareas de activación. Todo fue sin problemas y rápido. Luego llegó el momento de guardar un poco de agua y un aperitivo de última hora en el módulo orbital de la Soyuz, verificar que todas las listas de control estaban presentes y esperar a la hora de cierre de la escotilla, alrededor de las 7 AM.

Habíamos hecho nuestras despedidas la pasada noche, tomando nuestro tiempo durante la cena, pero todavía hubo un momento intenso cuando intercambiamos un último abrazo con Scott, Gennady y Misha. Más aún, cuando Anton y Gennady cerraron las escotillas. Por un momento me hice muy consciente del hecho que la vida continuaría en la ISS, pero ya no sería parte de ella. Pero no había tiempo para quedarse en ese pensamiento, ahora teníamos que centrarnos en volver a salvo a Tierra. Lo bueno de los vuelos espaciales es que siempre hay un cierre de escotilla para señalar inequívocamente que algo ha terminado y es hora de centrarse en lo que vendrá después.

Primera prioridad: Conseguir que todas las operaciones previas a la partida se hacen correctamente y en tiempo, empezando con la comprobación de fugas de las escotillas del Soyuz y de la Estación. Como puedes adivinar, si has estado siguiendo este libro de registro, para hacer eso necesitábamos despresurizar el vestíbulo, el espacio entre dos escotillas. Por razones de seguridad (en caso que la escotilla externa del Soyuz tuviera fugas) nos fuimos todos a nuestro lugar en el módulo de descenso y cerramos la escotilla (interna entre los dos módulos habitables de la Soyuz -N.D.T.-), para aislarnos del módulo orbital. Luego activé el comando para abrir la válvula de ventilación del vestíbulo y vimos caer la presión del vestíbulo casi a cero. Aunque todavía estábamos firmemente amarrados a la Estación Espacial, ahora había vacío separándonos de nuestros amigos en el interior. [continuará]

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    Anton: Anton Shkaplerov, comandante de su Soyuz
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    Scott: Scott Kelly. Estará un año a bordo de la ISS

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L+200 - Parte 1: Recogiendo los últimos experimentos de la ISS, antes de aterrizar

Después de un verano de rehabilitación y charlas post-vuelo (y sí, 2 semanas de vacaciones), es tiempo para concluir la historia de mi misión en la ISS. ¡Esta es la primera entrada en una serie final de los cuadernos de bitácora mirando hacia atrás al despegue, aterrizaje y readaptación!

11 de junio 2015
Parece que esta vez lo dicen de verdad: después de un retraso de un mes, este es el momento en que realmente quieren que nos vayamos a casa.
Fue un despertar temprano para nuestro último día en la ISS: la Conferencia de Planificación diaria (DPC en inglés N.d.T.) por la mañana, nuestra actualización con los centros de control para iniciar el día, ¡estaba prevista para el 01 a.m.! Pero nos fuimos a dormir temprano en la tarde de ayer, de hecho hemos estado cambiando el sueño durante un par de días. El desacoplamiento no es hasta las 10:18 am, pero hay mucho que hacer antes de que podamos enviar el comando para abrir los ganchos que mantienen a nuestra Soyuz sujeta a la Estación Espacial. Y si nos estás imaginando tomar nuestro tiempo para nuestra despedida mental, tranquilamente saboreando nuestras últimas horas en el espacio ... bueno, por supuesto que no, ¡lo sabes bien!

De hecho, la mañana fue atareada como siempre. Scott y yo estábamos en el Columbus, incluso antes de DPC, ayudándonos cada uno con nuestras tomas de sangre. Era la llamada "muestra de sangre ambiente", lo que significa que los tubos no entran en los congeladores MELFI, sino que en su lugar regresan a la Tierra en la Soyuz. Serán recuperadas del módulo de descenso justo después que nos extraigan. La extracción de sangre en sí misma no era diferente a cualquier otra que hemos hecho, pero las instrucciones de embalaje se veían intimidantes, especialmente en relación con algunos tubos particulares que Scott utiliza para su Estudio Gemelo (Estudio comparativo que se lleva a cabo con su hermano gemelo, el ex-astronauta Mark Kelly - N.d.T.). Siempre le estaré agradecida por ofrecerse a cuidar de todo el embalaje por su cuenta, así podría ahorrar un poco de tiempo para una última vuelta a la estación espacial. ¡Gracias Scott!

Sin embargo, tuve mi parte de embalaje también. ¿Recuerdas el experimento de Diferenciación de las células madre de la entrega L+141/144?
Bueno, esas muestras necesitan ir a casa hoy también, así que tuve que recuperarlos del MELFI y empaquetarlos en bolsas aisladas para regreso. No hay mucho espacio en el módulo de descenso Soyuz, como puedes imaginar, así que tratamos de empaquetar las cosas lo más compactas posible. En el caso de artículos de primera recuperación, ponemos el número del paquete en una etiqueta verde y también tomamos una foto, que ponemos a disposición del equipo de recuperación en el lugar de aterrizaje, por lo que saben exactamente que buscar. Por supuesto, Anton está cargando al Soyuz exactamente de acuerdo con el plan de carga: tener el centro de gravedad en el lugar correcto es importante en un vehículo espacial, sobre todo si es su viaje de regreso a la Tierra.
Recuperando las muestras de Diferenciación de Células Madre del congelador MELFI.

Por cierto, no es sólo sangre lo que he donado a la ciencia hoy. A primera hora después de despertarme por última vez en mi saco de dormir flotante, me tomé tres muestras de saliva diferentes - una rutina de 10 minutos que he realizado muchas veces hasta ahora para los experimentos microbioma y marcadores salivales. ¡Ah, y no olvides la recolección de orina! Estaré llenando tubos de orina y poniendolos en el congelador MELFI en cada hueco hasta el cierre de la escotilla. El glamour del vuelo espacial...

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    Anton: Anton Shkaplerov, comandante de su Soyuz
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