Tras pasar seis meses en la ISS, el cerebro tarda un tiempo en adaptarse de nuevo a unas rutinas que ya conocía previamente (era el primer vuelo al espacio de Barratt) pero que "había olvidado" durante 6 meses. Esto demuestra la capacidad de adaptación del ser humano a los entornos nuevos, clave de la evolución de nuestra especie.
Imagen NASA/Bill Ingalls
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