Un astronauta famoso, héroe para los estadounidenses pues fue el primero de ellos que alcanzó la órbita (contado en este blog AQUI) -cuando los soviéticos ya llevaban dos vuelos orbitales- superando en fama a cualquiera de sus compañeros de grupo, incluido Alan B. Shepard, el primero lanzado por la NASA, si bien en un vuelo suborbital.
Glenn en relajada postura a bordo de un barco, posiblemente el NOA, tras finalizar su vuelo Mercury. Imagen NASA
Pero no. Glenn no fue a la ISS ni a la Luna, como hoy he oido comentar en la radio o he visto por twitter. o_O Documentémonos un poquito antes de "disparar".
No fue a la ISS durante su segundo vuelo al espacio en la misión STS-95 del transbordador Discovery... simplemente porque la ISS no existía. La génesis de esta fue dos meses después, cuando en diciembre de 1998 se lanzó el vuelo STS-88 que acopló las dos primeras estructuras: el nodo Unity que trasportaba el shuttle Endeavour con el modulo ruso Zarya lanzado anteriormente. Y no fue a la Luna porque tras su vuelo Mercury, John Glenn se retiró de la NASA.
John Glenn era piloto de los Marines cuando fue seleccionado por la NASA en 1959. Había tomado parte en combate en la Segunda Guerra Mundial y en la guerra de Corea, tras está estuvo como instructor y ya era conocido en su país pues había batido el récord del trayecto supersónico de Los Angeles-Nueva York en reactor, estableciéndolo en 3 horas y 23 minutos en una misión planeada por él.
Glenn era un patriota, una persona integra y muy religiosa, perteneciente a la Iglesia Presbiteriana. Nada más entrar en la NASA entendió la labor que su país les estaba requiriendo ante la inminente carrera espacial contra el enemigo soviético.
Glenn el tercero por la derecha, junto a los otros miembros de los "Original Seven". Imagen Flickr de la NASA
Llegados a este punto os recomiendo encarecidamente la lectura del libro de Tom Wolfe "Elegidos para la gloria" ("The right Stuff" en el original en inglés). Se trata de un libro que da un repaso a los primeros astronautas de la NASA y cuenta numerosas historias de la época. También se hizo una película pero no es ni tan completa ni atractiva, ni divertida como la novela. La encontraréis en las librerías, es un buen regalo de navidad, o en vuestra biblioteca pública.
En ella se nos muestra a un John Glenn enfocado en la tarea al cien por cien, mientras los otros "jinetes de caza" se dedicaban a pilotar, hacer carreras de coches y correrse "aventurillas rosas"... Glenn tenía un Volkswagen familiar -en lugar de los Corvette de sus compañeros- y el tiempo libre lo dedicaba a estudiar y a hacer ejercicio físico. Consideraba que estaban puestos ahí para dar ejemplo al resto del pais... imaginad la opinión de aguafiestas que tenían sus compañeros de grupo.
Tras su misión Mercury decidió dejar la NASA y meterse en política, siendo elegido como Senador por Ohio en 1976, siendo reelegido en tres ocasiones más, lo que habla muy bien de él como representante político al tener semejante respaldo de sus votantes. Siendo senador, y estando en una comisión dedicada a la calidad de vida de la gente anciana, fue cuando se le ocurrió la idea de realizar un vuelo en el transbordador espacial como especialista de carga, para realizar estudios médicos "in situ" sobre una persona de edad -tenía 77 años entonces-. Trasladó su idea a la NASA y esta pensó que sería una buena idea, además de un gran espaldarazo publicitario para la Agencia. En dicho vuelo STS-95 coincidió con Pedro Duque, que iba a realizar su primer vuelo espacial a bordo del Discovery.
Glenn con Duque y Robinson durante la preparación al vuelo. Imagen NASA
Tras el vuelo los astronautas posan junto a una replica a escala de la nave Mercury como la que voló Glenn en 1962. Imagen NASA
En sus últimos años dió charlas y recibió numerosos homenajes, el último ponerle su nombre al aeropuerto de Columbus (Ohio). Tras sobrevivir a sus seis compañeros del Grupo 1 de la NASA, finalmente Glenn fallecía, rodeado de su esposa, hijos y nietos, debido a complicaciones de salud en razón a su avanzada edad.
Memoria eterna para John Glenn, héroe y pionero.
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