Soyuz 3: fallo en el acoplamiento.

Soyuz 3 fue la nave espacial que hoy hace 50 años pusieron en órbita los soviéticos con el fin de seguir progresando en la carrera espacial que la mantenía inmersa contra los Estados Unidos. Estos, tras la tragedia de Apollo 1, habian vuelto al espacio hacía tan solo 15 días con Apollo 7. Los soviéticos por su parte tampoco habían estado parados. Tras la catástrofe de Soyuz 1 y la muerte de Vladimir Komarov, en un vuelo que no debió ser lanzado, decidieron que no habría más vuelos tripulados hasta que la nave Soyuz fuera rediseñada y declarada apta para el vuelo humano.

Así, volvieron a la mesa de diseño y a efectuar pruebas para validar el aterrizaje, y aunque envueltos en la etiqueta Kosmos, se realizaron varios vuelos para probar toda la misión de cita entre dos Soyuz, acoplamiento y regreso: la misión prevista para Soyuz 1 y Soyuz 2.

Kosmos 186 -vehículo activo- y Kosmos 188 -vehículo pasivo y que era la Soyuz 2 que no se llegó a lanzar tras los problemas experimentados por Komarov tras su lanzamiento- realizaron a finales de octubre de 1967 el primer acoplamiento automático de naves no tripuladas en el espacio. Tras el periodo de acoplamiento, fallos en la orientación provocan que Kosmos 186 efectue una reentrada balistica, y también que Kosmos 188 tenga que ser destruida cuando las autoridades soviéticas, que quieren preservar su tecnología, piensan que va a aterrizar en Mongolia...
No es posible meter cosmonautas todavía en la Soyuz, y la misión se repite con Kosmos 212-213, que esta vez sí se realiza cumpliendo todos los objetivos marcados.

A la derecha, sello conmemorativo del acoplamiento Kosmos 186-188. Imagen de la USSR Post - Escaneada a 600 dpi por Usuario Matsievsky de su colección personal, Public Domain, Wikimedia


Aún habria un lanzamiento no tripulado más de Soyuz con éxito, el de Kosmos 238, que ya abrió el camino a los vuelos tripulados de Soyuz.
La Comisión encargada de la planificación estudia, para este esperado regreso, diferentes escenarios de vuelo. Al Soyuz -Activo- con un tripulante y Soyuz -Pasivo- con tres tripulantes que se pretendió hacer con la misión fallida Soyuz 1, se le añadieron otros escenarios más: un 2+3, 2+2, y un 1+2. Todos ellos muy ambiciosos y con intercambios de cosmonautas entre naves mediante una EVA. Quizás el más conservador fuera el 1+2, que en caso de fallo en un Soyuz, podría haber devuelto a los tres cosmonautas en el otro, pero finalmente se decide que el escenario será más conservador: un 0+1. Esto es, se lanzará primero la Soyuz pasiva y si todo va bien, luego la activa con un solo cosmonauta a bordo.

Para volar una misión tan importante, era conveniente elegir bien al tripulante. Aunque Kamanin prefería un cosmonauta del primer grupo que aun no hubiera volado, al final se impuso a Georgui T. Beregovoy, cosmonauta del segundo destacamento elegido en 1963, y el piloto de mayor edad en volar al espacio en ese momento. Vladimir Shatalov sería su suplente y de reserva se eligió a Boris Volynov.
Georgui Beregovoy. Captura de pantalla del vídeo "Soyuz 3 Space Test" del canal Soviet Space Program

Este vuelo marcará además otras dos primicias: será el primer vuelo tripulado que se lanza desde la plataforma LC-31, y los cosmonautas se alojarán en el Hotel Kosmonavt, en lugar de las casitas donde durmió Gagarin. Este hotel sigue alojando a los cosmonautas en la actualidad, antes de ir al espacio.

Tras en entrar Soyuz-2 en órbita y comprobar que todos sus sistemas funcionaban correctamente, Beregovoy fue lanzado el 26 de octubre de 1968 a las 08:34:18 UTC, alcanzando la órbita minutos después y confirmando que la Soyuz estaba preparada para su misión. Dieciocho meses habían transcurrido desde la muerte de Komarov en Soyuz 1.
El sistema de encuentro IGLA, guió la Soyuz 3 desde los 11 kms. iniciales que separaban ambas naves, hasta una distancia de solo 200 metros. Beregovoy, intentó realizar el acoplamiento de forma manual, fuera de la cobertura de las antenas soviéticas y en el lado oscuro de la tierra. Soyuz 2 tenía dos luces fijas en su proa y dos luces parpadeantes en su popa. Beregovoi no los identificó correctamente en ingravidez, intentando el acoplamiento cuando Soyuz 2 estaba boca-abajo; tiempo después cuando control de tierra volvió a contactar con la nave, no recibieron constancia de acoplamiento, y vieron que ambas Soyuz se habían alejado una de otra, tras haber estado a una distancia de unos 30 metros. Además, de los 80 kgs. de combustible que portaba la nave para maniobras, solo quedaban unos 9 kgs., por lo cual se le ordenó que el atraque se descartaba definitivamente.

Beregovoy en el módulo de descenso. Captura de pantalla del vídeo "Soyuz 3 Space Test" del canal Soviet Space Program

El resto de la misión se dedicó a probar los sistemas de la nave, realizar observaciones y fotografías. También se retransmitieron imagenes televisadas desde la nave, sin duda una actividad incorporada tras el éxito que supuso su utilización en Apollo 7.

El regreso tras 81 órbitas no supuso ningún problema, y la Soyuz funcionó perfectamente, llevando al cosmonauta a solo 10 kms. del punto previsto de aterrizaje. La prensa oficial habló de vuelo exitoso en el que se probaron tanto el vehículo como las maniobras de cita con otra nave... La investigación posterior dictaminó que fue error del piloto, al que disculpaban por diversos motivos como que iba sin ingeniero a bordo (¿y Komarov iba acompañado?), que si estaba fuera de alcance de las estaciones terrestres, que si era en el lado oscuro de la tierra (los americanos que habían atracado con 4 naves Gemini decían que era mejor así que en el lado iluminado, donde otras luces podían confundir...), que si padeció sindrome de adaptación al espacio etc.

Beregovoy obtuvo su segunda medalla de Heroe de la URSS -tenía una por meritos en la Segunda Guerra Mundial-, pero no volaría más, y posteriormente fue nombrado Jefe del Centro de Formación de Cosmonautas, desde donde influyo después en las carreras de otros compañeros cosmonautas.
La carrera lunar se ponía de lo más interesante entre soviéticos y estadounidenses. ¿Quién daría el siguiente paso?

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